Cosas que dejan huella

Al abrir tu armario, te has dado cuenta de que esos tejanos que tienes ahí colgados lo han dado todo por ti. Los has paseado día y noche, los has combinado en plan casual o con un toque chic. Tal vez sea hora de renovarlos… Además, coincide que son rebajas, pero también que los peques de la casa tienen ganas de divertirse. Está bien, ¡dejemos las compras para otro día y hagamos un plan en familia!

Os acercáis al CosmoCaixa, visita más que recomendable para quien viva en Barcelona o si venís a pasar un rato o unos días. El péndulo variable, la bola de plasma, el árbol interminable, la famosa (australopiteca) Lucy, el bosque inundado, un paseo por las estrellas a cubierto, aprender a cuidar nuestro entorno con el ¡Toca, toca! o adentrarse en la ¡Operación H2O! para descubrir qué es lo que hace que el agua sea un elemento único en el Universo… Reconócelo: ellos se lo pasan bien, pero tú también. Además, estos días coinciden tres exposiciones para el deleite de toda la familia: ‘Tintín y la Luna’, para conmemorar los 50 años desde que pusimos los pies en el satélite; ‘¡Robots! Los humanos y las máquinas’, un recorrido desde las primeras herramientas de piedra hasta el desarrollo de los robots y la Inteligencia Artificial; y ‘Top Ciencia’, una forma muy amena de promover vocaciones científicas, pero también de dar a conocer de qué va esto de la “economía circular”, concepto que todo el mundo utiliza pero ¿qué significa exactamente?

Nuestra economía ha tocado techo. Hasta ahora, nos hemos dedicado a extraer, fabricar, utilizar y tirar, como si los recursos fueran ilimitados y ninguna de estas acciones tuviera repercusión en el entorno y en las personas. La economía circular rompe con la línea que llevábamos hasta el momento y nos enseña que, si queremos que nuestros hijos puedan crecer en un planeta en el que los intereses económicos y medioambientales convivan en equilibrio, necesitamos reducir el gasto de materias primas, fuentes de energía no renovables y, fundamentalmente, agua; y es que si no nos ponemos las pilas (recargables), ¡la mitad de la población mundial sufrirá las consecuencias de la escasez de agua en 2030! Un truco para no olvidarnos de la economía circular es pensar en la regla multi-R: Reducir residuos, Reciclarlos, Reutilizarlos -si no se pueden reaprovechar- para producir otras cosas o energía, Reparar lo que se estropee en lugar de comprar, Redistribuir lo que no sea necesario y Rechazar comprar por comprar.

la mitad de la población mundial sufrirá las consecuencias de la escasez de agua en 2030”

Al llegar a casa, abres el armario y te acuerdas de la exposición del CosmoCaixa. Por lo visto, ¡se necesitan cerca de 7.000 litros de agua para producir un pantalón tejano! ¿Has contado cuántos litros de agua hay en tu armario? Uno de los proyectos expuestos proponía una alternativa para reducir el impacto medioambiental dentro del mundo de la moda: alquilar vaqueros -elaborados con algodón de cultivo orgánico- por un módico precio al mes y llevarlos hasta que te apetezca cambiarlos por otro modelo, con opción a quedártelos si los mantienes un año o a recuperar un vale de descuento para otra pieza; los pantalones que no se pueden reutilizar se reciclan. Esto implica un ahorro importantísimo de agua en el cultivo de algodón (uno de los que más dependientes del riego) y evitar el proceso de tintado (que contamina gravemente los ríos), además de utilizar innovadoras técnicas, como el láser, para dar un toque desgastado al tejido y sustituir el agua por ozono, para hacer el prelavado.

se necesitan cerca de 7.000 litros de agua para producir un pantalón tejano”

Lo que acabamos de ver recibe el nombre de huella hídrica y no es exclusiva de la producción de ropa. Se utiliza para conocer el consumo directo e indirecto de agua durante la producción o fabricación y el impacto que tiene en la calidad del agua. La huella puede ser de tres colores: azul, para calcular el volumen de agua dulce gastada, procedente de ríos, lagos, embalses y acuíferos; verde, hace referencia al volumen de agua de lluvia o humedad del suelo que se necesita, por ejemplo, en los cultivos; y gris, la cual se relaciona con el agua contaminada por los vertidos.

Realmente, cuesta imaginar que se necesite tanta agua para fabricar unos tejanos si no te lo cuentan, ¿verdad? Pues, si tienes un rato y te apetece echar un vistazo, te invitamos a hacer cuentas con esta calculadora de la huella hídrica, donde podrás hacerte una idea de la cantidad de agua que supone el día a día, más allá de lo que gastamos en la ducha u otros usos evidentes. Comparte esta información con la familia, tal vez ayude a plantearnos pequeños cambios en cosas sencillas de la vida. O mejor: tal vez, estos datos o lo que habéis visto hoy en el museo de la ciencia dejan tal huella en los peques, que se acaban dedicando a investigar e innovar por un futuro más sostenible.

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