La personalización en la producción industrial como estrategia de diferenciación

En el año 2000, la aparición de Aplimet generó un punto de inflexión en el desarrollo de tiradores y torres de cerveza, aplicando diseño y personalización a un sector donde no era lo propio. Después de 17 años de experiencia, la empresa se ha convertido en un referente en el sector, ofreciendo un servicio personalizado exclusivo en este ámbito. El fabricante ha colaborado con importantes marcas de la industria cervecera, como Estrella Damm, Ambar y Dorada, para llevar a cabo proyectos personalizados.

La transformación de la producción

A lo largo de la historia, la producción se ha adaptado a cada etapa, en función de las necesidades de cada una de ellas. La industria, el diseño y las personas han asistido y participado en su transformación. Si bien en un tiempo fue necesario industrializar la producción para abastecer a un mayor número de personas, la producción en serie dio lugar a un movimiento que reivindicaba la estética y la originalidad, a la cual se acabaría sumando la usabilidad. En estos dos siglos de industrialización, se han producido cambios que han afectado a la forma en la que vivimos y consumimos, como por ejemplo el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, la facilidad de movilidad a lo largo y ancho del planeta y el paso de una industria nacional a transnacional. La globalización nos ha llevado a un contexto en el que las diferencias se difuminan cada vez más. Con “diferencias” nos referimos a aquellas características que ubican e identifican los productos. La personalización se plantea como solución ante la necesidad de localizar lo global y globalizar lo local, lo cual hace que pasemos de hablar de producción a personalización.

Personalización de tiradores y torres de cerveza

En el caso concreto de los tiradores y las torres de cerveza, la personalización es la herramienta con la que se consigue que las marcas se sitúen, se diferencien y destaquen en este contexto global y homogéneo. ¿Qué efecto se consigue? Contribuye a reforzar el vínculo entre el consumidor y la marca. El diseño personalizado apela a la comunicación, formándose un diálogo a tres en el que intervienen el consumidor y la marca de cerveza (o el local), intermediado por el tirador o la torre. El tirador se convierte en el portavoz de la marca, razón por la que ha de llevar implícitos los valores de ésta en el diseño. Para ello es imprescindible que el proceso de conceptualización, diseño y producción se lleve a cabo en estrecha colaboración con el cliente. La cercanía con el cliente es clave, se establece una alianza que ayuda a enriquecer el producto final y a diferenciarse de la competencia.

Los dispensadores de cerveza personalizados ayudan a construir la identidad de las marcas y a transmitir sus valores en el punto de venta, acorde con el posicionamiento estratégico de cada compañía.

Cómo se lleva a cabo el proceso

La creación de un proyecto personalizado conlleva una serie de pasos, en los que van entrando en juego el cliente y los diferentes departamentos de la empresa, resumidos a continuación:

  • En primer lugar, es necesario recoger datos para determinar un concepto que se ajuste a las necesidades del cliente. Se hace mediante una reunión con la marca o vía briefing. Hay que tener en cuenta que el cliente no siempre tiene una idea preconcebida; entonces, hay que estudiar las posibilidades y ofrecer asesoramiento.
  • Una vez se acuerda el concepto, llega la fase de diseño. La primera propuesta se suele presentar a modo de esbozos, dibujos hechos a mano por el departamento de diseño que el cliente debe valorar si encaja con su idea. Si el cliente está conforme, la pieza se diseña en 3D teniendo en cuenta el proceso de industrialización del producto.
  • El diseño en 3D permite valorar con el cliente los interiores del producto y otras cuestiones técnicas, decidir colores y realizar los cambios que sean necesarios, hasta conseguir el modelo deseado por ambas partes.
  • Pensar en términos de producción significa que hay que cerciorarse de que el proyecto sea factible, evitar sobrecostes, optimizarlo al máximo y que el cliente se identifique con la imagen del resultado final.
  • Es muy importante tener capacidad de anticipación en cada fase del proyecto (conceptualización, diseño, fabricación, control de calidad, etc.). Contar con departamentos especializados que se encargan de cada una de las fases permite tener una visión global de todo el proceso de fabricación y, por lo tanto, actuar con previsión.
  • Nos habíamos quedado en la fase de diseño en 3D. Cuando el cliente da su aprobación, pasamos a la realización de los prototipos (mediante escultura o impresión 3D, según la complejidad de la pieza). Sirve para visualizar cómo será la pieza real, comprobar aspectos técnicos, replantear cuestiones de marketing y afinar detalles que durante el diseño podrían pasar desapercibidos.
  • Aceptado el prototipo, se realizan las reproducciones (por fundición, inyección, etc.). Las cantidades a fabricar determinarán el tipo de molde, las formas de la pieza y los materiales requeridos.
  • Los últimos pasos son el ensamblaje y el control de calidad.
  • Finalmente, se envía al cliente.

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