Aplimet: innovación en tiradores y torres de cerveza

“Las empresas que innovan son las que más crecen”

Daniel López Tripiana, director general de Aplimet

Era el año 2000, tiempo de cambios. Mientras algunos anunciaban el apocalipsis, otros preferían plantar cara al futuro emprendiendo nuevos negocios. De la mano de Daniel López Tripiana y su padre, nacía Aplimet. Ubicados en el polígono industrial de Moncada y Reixach (Barcelona) desde sus inicios, se dedican al diseño y fabricación de torres y tiradores de cerveza para la industria y el sector de la hostelería y restauración.

Aplimet es una empresa española, pionera en aplicar diseño y tecnología en la fabricación de torres y tiradores de cerveza.

Son las 11 de la mañana y Daniel ya se ha reunido con los trabajadores de Aplimet para planificar la jornada, hablar de nuevos proyectos y revisar las incidencias. A la tarde irá a ver algunos proveedores. Damos un paseo por todas las instalaciones y me presenta a los compañeros de secretaría, producción, vendas, compras, diseño, almacén, control de calidad, etc. Actualmente son 16 empleados, hay gente de todas las edades. La gente entra y desarrolla su carrera profesional en la empresa, realmente se respira ambiente familiar. A penas hay rotación y la previsión es seguir creciendo. Daniel destaca la profesionalidad y motivación de su gente, cuenta que el secreto está en hacer equipo y transmitir que todo es posible. Le brilla la mirada hablando de futuro, nuevas oportunidades, innovación, ampliar las instalaciones e impulsar el laboratorio de diseño para seguir creciendo. En España, prácticamente no tienen competencia y, a nivel europeo, se están abriendo camino en los países nórdicos, Turquía, Francia y Alemania -para lo que fue crucial estar en la pasada feria BrauBeviale de Nuremberg-. “Si en España nos ha ido bien, por qué no va a pasar lo mismo fuera?”, dice Daniel. Nos vamos a tomar un café (todavía no es la hora de las cañas) y seguimos hablando de Aplimet.

Historia de una empresa familiar

Aplimet es un spin-off de otra empresa anterior que montaron el padre de Daniel y un socio, donde también trabajaba Daniel. Eran artesanos del metal, soldaban, montaban y elaboraban objetos de decoración para el hogar. Pero tenían un cliente especial: la cervecera Mahou San Miguel, que les hacía encargos de columnas de cerveza y tiradores personalizados. El trato cercano con el cliente, la capacidad para adaptarse a las necesidades, el aprendizaje constante, la mente inquieta, la experimentación y el no ponerse límites llevaron a Daniel y a su padre a descubrir un nicho que nadie estaba cubriendo en España. Un día, ambos socios decidieron seguir sus caminos por separado y ahí surgió Aplimet.

Llegó 2005. Daniel tenía la maleta hecha para irse a estudiar a Nueva York, cuando a su padre le diagnosticaron un cáncer. La enfermedad acabó ganando la batalla y Daniel deshizo la maleta. Su padre le inculcó que para llevar una empresa había que empezar desde abajo, por lo que en esa primera etapa Daniel ya había ejercido de encargado, almacenista, operario, soldador, comercial, etc. Tras un silencio, le viene el recuerdo de cuando su padre le encargaba 100 tiradores: “hazlo como puedas, pero hazlo”, le solía decir. Si para llevarlo a cabo, tenía que desechar 50, no había otra. “Nunca hemos dicho que no a nada, por eso me encanta mi trabajo. Es creativo, hay que investigar y encontrar respuesta a la demanda del cliente”. Para Daniel no existen los problemas, todo tiene solución.

Claves del éxito

En los comienzos, el 80% de la producción de tiradores iba destinada a Mahou San Miguel y el 20% restante, para dos o tres clientes más. En 2002, entró en juego una cervecera francesa mediante concurso, lo que implicaría un contrato de 4 años y pasar de 300 a 5.000 unidades al año. En 2008, le pusimos nombre a la crisis económica española. Aplimet sufrió los efectos en 2009, pasando del millón y medio a los ochocientos mil euros de facturación. Daniel recuerda cómo la mayoría de las empresas de alrededores iban cerrando. No obstante, gracias a que los dividendos obtenidos en ejercicios anteriores se habían destinado a reservas y reinvertido en la empresa, Aplimet pudo salvar su principal valor: el capital humano. Como dice Daniel: “no podíamos perder todo ese conocimiento y experiencia, eso se refleja en la calidad de nuestros productos”. Los dos años de baja actividad sirvieron para diversificar la cartera. Hasta la fecha, Aplimet se mantiene con un crecimiento anual sostenido del 9%. Este año esperan sobrepasar los 2 millones de euros de facturación.

Con esfuerzo y afán de superación, Aplimet se ha constituido como referencia en el sector. Pero pensar en términos de expansión implica un cambio de rumbo en la estrategia: proyectar la imagen corporativa, reforzar la presencia en ferias y seguir apostando por el diseño, la innovación, la especialización y la diferenciación, marcando tendencia y creando un catálogo propio con una oferta que funcione internacionalmente.

Radiografía del sector

Según el ‘Informe socioeconómico del sector de la cerveza en España 2015’, la hostelería es el principal canal de consumo de cerveza, suponiendo la cuarta parte de la facturación. Por otro lado, según datos extraídos del estudio “El sector cervecero artesanal español y sus posibilidades de internacionalización”, publicado por la revista ‘Regional and Sectorial Economic Studies’ en 2015, las microcerveceras artesanales españolas se han multiplicado por 15 desde el inicio de la crisis. Para paradojas, el del mundo de la cerveza. Una explicación lógica vendría a ser el cambio de hábitos al que nos ha llevado la disminución de poder adquisitivo, preferimos invertir en calidad en detrimento de cantidad. Volvemos al producto de proximidad y lo artesano. La cultura de la cerveza se ha extendido significativamente. Los profesionales de la barra se han convertido en verdaderos cicerones (el sommelier de la cerveza). El consumidor de hoy es más exigente, pasando de consumir producto a tomar experiencias. Las grandes cerveceras, conscientes de la demanda, se alían con microcerveceras para estar más cerca del consumidor. Algunos propietarios de bares toman la paella por el mango: rompen con la exclusividad de marcas; adquieren su propio tirador con un diseño que se identifique con el local (piezas casi de museo que a menudo provocan visita obligada al bar); eligen cervecera por la originalidad de los tiradores personalizados; u optan por columnas multigrifo para presentar una oferta variada de cervezas. La misión de Aplimet es hacer visible la marca, que cuando el cliente se acerque a la barra, vea el tirador, le impacte y recuerde la marca de la cerveza que se está tomando.

Desde el primer instante que entablas conversación con Daniel, no cabe duda de que sus pasiones son la empresa, la música y viajar. “Ver mundo es indispensable para mirar las cosas desde otra perspectiva y darte cuenta de lo que realmente importa”. Hablando de cosas importantes, el poco tiempo libre que le queda, lo dedica a su madre y a su hijo. Luego está ese tiempo que sacamos de debajo de las piedras para nuestros hobbies: se ha marcado como objetivo publicar disco el próximo verano. De Aplimet dice que es su vida, que la lleva en el corazón.

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