Quitarse un peso de encima

El hecho de coger peso nos incomoda a todos, especialmente en temporada de playa y pantalón corto. Sin embargo, enfrentarnos al reto de adelgazar se nos hace una montaña. Engordamos porque comemos más de lo que necesitamos, lo hacemos de forma desequilibrada, no practicamos suficiente ejercicio, dormimos mal o poco, picoteamos por ansiedad o aburrimiento, y no seguimos unos horarios de comida y descanso. Pero hay que aprovechar que llega el buen tiempo para salir y movernos más. Además, el calor hará que optemos por alimentos refrescantes, como las frutas y hortalizas frescas, que son menos calóricas que otras opciones.

Pero antes de empezar, seamos sinceros: ¡a nadie le gusta hacer dieta! Supone un esfuerzo y, a veces, llega un momento en el que las fuerzas flaquean. Así que merece la pena adelgazar unos quilos aprendiendo a comer bien para siempre, encontrando el placer en el hecho de cuidarnos y sentirnos bien. Con la sinceridad sobre la mesa, vamos a dar pequeños pasos hacia un peso saludable. Siempre es buen momento para hacerlo, pero el verano a la vuelta de la esquina puede ser una buena fuente de motivación. Ya que vamos a dar el paso, podemos aprovechar para revisar nuestros hábitos de vida y alimentación, porque la salud hay que mantenerla todo el año. Tenemos que empezar por cambios asequibles y duraderos, que los integremos en el día a día con facilidad. Empezaremos por repartir las comidas en 3 o 5 tomas y procuraremos incluir todos los grupos de alimentos en cada comida. Nuestro aporte nutricional mejorará, nos sentiremos más vitales y tendremos más energía para salir a practicar deporte.

Es interesante tener presente que podemos comer de todo, el truco es la cantidad y la frecuencia de consumo. Dicho esto, ya sabemos que los alimentos hipercalóricos (por el alto contenido en azúcares y grasas) y con bajo aporte de componentes esenciales (vitaminas, minerales, grasas saludables, fibra), como por ejemplo la bollería, los pasteles, las golosinas, algunos snacks, etc., NO son los mejores aliados para conseguir nuestro objetivo de reducir peso. Son alimentos ricos en calorías vacías, es decir, NO aportan riqueza nutricional, pero SÍ muchos números para engordar. Eh, pero que si DE FORMA EXCEPCIONAL cae alguno… ¡tranquilos, que no se cae el mundo! La prohibición causa deseo, por tanto no hay que prohibirlos. La función de estos alimentos en la dieta es meramente fruitiva -producir placer a nuestros sentidos-, pero de placer no vive el ser humano, por eso vamos a buscar un equilibrio. Aunque, lo que realmente es un placer es salir del chequeo médico anual y que te digan que todo está bien, ¡eso sí es un gustazo!

Siguiendo con lo nuestro, es imprescindible no saltarse ninguna comida. Comer 3-5 veces al día -en las cantidades adecuadas a la dieta pactada y los objetivos de peso- es clave. Funcionaremos mejor y además nos ayudará a combatir el problema del hambre y del picoteo entre horas. En este sentido, también nos irá muy bien incorporar alimentos ricos en fibra -por ejemplo, las verduras, las frutas, las legumbres y los cereales integrales- que són saciantes. Repartir las comidas también contribuye a no pegarnos atracones de repente, así vamos gastando la energía que necesitamos paulatinamente; si hacemos un aporte excesivo y no lo gastamos, nuestro cuerpo lo reserva en forma de grasa.

Si a todo esto, añades una buena hidratación y ejercicio físico, ya vamos por el buen camino.

*Artículo publicado en el blog de Lipograsil.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *