Despertar y que nuestros deseos se cumplieran con un chasquido de dedos… Qué bonito sería, ¿verdad? Y ¡qué utópico! Ojalá las cosas fueran así de fáciles, pero si algo hemos aprendido con el tiempo, es que el esfuerzo y la constancia tienen recompensa.
A medida que nos vamos haciendo mayores, es muy frecuente que nuestro peso también vaya aumentando. Nuestro cuerpo empieza a utilizar la energía de los alimentos de otra manera, ya que con el paso de los años, gastamos menos energía realizando la misma actividad. Estas razones, más el cambio de alimentación y el poco tiempo que dedicamos a practicar alguna actividad física hace que poco a poco nos vayamos alejando de nuestro peso ideal.
Un día nos subimos a la báscula y… ¡Alarma! Esos kilos de más parece que se sienten a gusto con nosotros/as. Aquí es donde empieza la batalla contra el enemigo: el sobrepeso. El objetivo se convierte en bajarlo sea como sea, lo que en algunos casos conduce al camino del “todo vale”, sin tener en cuenta las consecuencias negativas que puede tener, para nuestra salud, optar por un método que no respete las necesidades básicas de nuestro organismo.
En situaciones así, la promesa de adelgazar rápido y sin esfuerzo se convierte en un caramelo muy atractivo. ¿Quién va a renunciar a algo tan fácil? No conocer los peligros de las llamadas “dietas milagro” nos pone en riesgo. Por esta razón es muy importante que dediquemos un tiempo a transmitir lo que son este tipo de dietas y qué consecuencias tienen para la salud. El conocimiento nos permitirá saber qué prácticas son adecuadas y cuáles no. Desmontando el mito de las “dietas milagro” en 3, 2, 1…
..0! ¿Cómo se reconoce una “dieta milagro”?
- Prometen pérdidas de más de 5 kg en un mes (cualquier dieta que supere la pérdida de peso de 0,5 – 1 kg a la semana debe cuestionarse).
- Dicen que no va a suponer ningún esfuerzo.
- Suelen ser muy restrictivas, con un aporte muy bajo en calorías.
Prometen ser seguras y sin riesgos para la salud.
¿Por qué se adelgaza tan rápido?
Se hace una ingesta calórica muy por debajo de las necesidades y repentina, cuando la reducción debería de ser paulatina. Con un tratamiento tan drástico sólo se consigue que el organismo se abastezca de la energía que le da destruir proteínas del propio cuerpo. En buena parte, quien lo sufre son los músculos. Al perder masa muscular, también perdemos mucha agua y por eso vemos que baja el peso. Pero el objetivo debería de ser peder masa grasa, algo que requiere tiempo, practicar ejercicio a menudo y una pauta de alimentación equilibrada, con una reducción de calorías moderada.
¿Por qué se recupera el peso rápidamente, después de hacer una “dieta milagro”?
No sólo se recupera sinó que en muchos casos se supera. Esto es debido a que nuestro cuerpo está acostumbrado a funcionar con un peso y si nota cambios, intenta adaptarse para mantenerse constante. Por ejemplo: si percibe que está bajando de peso, aumenta la sensación de hambre y baja el metabolismo para gastar menos energía. Si después de una dieta muy restrictiva, volvemos a comer como antes y el cuerpo está gastando menos energía: lo que sobra lo guarda, en forma de grasa. De modo que así volvemos a las andadas. Además, las «dietas milagro» no inciden en la educación de hábitos, así que no son una medida a largo plazo.
¿Qué consecuencias puede tener seguir una “dieta milagro”?
Principalmente, puede suponer carencia de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales o grasas esenciales, necesarias para el funcionamiento y desarrollo del organismo. También de proteínas. Recapitulando:
- Pueden conducir a conductas de la alimentación que suponen un gran riesgo para la salud.
- No tienen en cuenta aspectos como la psicología y pueden ocasionar graves problemas de autoestima.
- Tampoco apuestan por la educación en hábitos saludables y en algunos casos difunden mitos erróneos que conducen a la desinformación y malas prácticas.
- El sobrepeso se relaciona con otras enfermedades. Si se retarda el inicio del tratamiento adecuado, estas enfermedades relacionadas pueden empeorar.
- Hacer este tipo de dietas de forma repetitiva puede hacernos resistentes a la pérdida de peso.
Para más información, vale la pena leer la opinión de expertos en nutrición y de instituciones que velan por nuestra salud. Dos cosas muy importantes a tener en cuenta son lo que la ciencia nos dice y el sentido común. Que nunca falte esta segunda parte porque gracias a ello hemos llegado hasta donde hoy estamos.
*Artículo publicado en el blog de Lipograsil.